El cáncer de mama es curable si se detecta a tiempo.

La señora Ana Evelia Camacho se dedica al hogar, a la familia y a cuidar de sus nietos; no tenía antecedentes familiares de cáncer, pero en enero de este año inició con dolores en uno de sus pechos; con preocupación acudió al ginecólogo quien le recomendó un tratamiento, “cada día sentía más dolor, regresé con el doctor y me comenzó a hacer el diagnóstico hasta que me pasaron con el doctor Exiquio Córdoba; él me comentó que tenía sospechas de cáncer y de ser confirmadas había que operar de inmediato”.

“Yo sentí que el mundo se me acababa, pensaba en la muerte, pero gracias a Dios todo salió bien, la operación fue exitosa y ahora tengo que continuar con el tratamiento sin bajar la guardia”.

Actualmente la señora Ana está en proceso de quimioterapia, un tratamiento que ayuda a eliminar las células cancerígenas que no pueden verse, evitando su propagación y reduciendo el riesgo de que el cáncer de seno regrese.

“Cuando me inyectan el medicamento de quimioterapia siento como si la sangre circulara muy rápido… y cuando termina me siento muy débil, muy cansada, y paso unos días con náuseas, después todo parece normal, en la cabeza se siente como sarpullido, pero uno se hace el animo y a esperar a la próxima”.

Doña Ana dice que el cáncer le ha dejado un gran aprendizaje pues ahora valora y cuida más de su cuerpo.

“Yo no culpo a nadie de lo que me pasa, la verdad era una persona despreocupada que no creía que podía tener una enfermedad como esta y aunque me hacía los estudios periódicamente nunca pensé que el cáncer me abordaría tan rápido, tan de repente”.

Los doctores de Clínica Córdoba se han convertido en personas muy importantes para ella. “He aprendido que Dios es muy grande y como ángeles me ha mandado al Dr. Exiquio y al Dr. César. Yo pensaba que el cáncer no tenía cura pero ellos me han demostrado que no es así, el cáncer de mama es curable si se detecta a tiempo”.

El significado de la vida cambió para la señora Ana Evelia. “Ahora veo todo más bonito, y disfruto mucho de la comida, del viento, de mi casa, de mi familia y de los doctores que me apoyan siempre. Ahora disfruto cada día como si fuera el último”.