POR AARÓN ANDRADE

El arte Rangeliano trasciende en el tiempo a través de las manos de un maestro

Raúl Segura Beliz es un maestro jubilado que durante 35 años impartió clases en telesecundarias y escuelas primarias. Comentó que desde siempre le ha llamado la atención el arte y la pintura, en especial el estilo Rangeliano, por tal motivo decidió estudiar la técnica desde hace tres años con el maestro Jesús Figueroa García, un discípulo directo del maestro Alejandro Rangel Hidalgo. Ahora se dedica a disfrutar el tiempo haciendo pintura y decorando diferentes objetos echando a volar su creatividad y emprendiendo un nuevo proyecto para la venta de sus artículos.

“Trato de innovar e imprimirle un sello personal, me gusta aplicar la pintura en nuevos objetos como mesas y cajas de madera, clavijeros, decoraciones de barro, bules y ahora también sombreros, algo que se usa mucho en las festividades tradicionales del estado y que me ha caracterizado”.

En colima se utiliza mucho el sombrero en las fiestas municipales, y han tenido tanto éxito que hasta el gobernador y la secretaria de turismo han portado los sombreros diseñados con este estilo.

Anteriormente estuvo en un taller de serigrafía y mientras trabajó como docente le dieron capacitaciones para poder proyectar a los alumnos el interés por el arte, el dibujo, las manualidades y las artesanías de nuestra tierra. “Gracias a estos cursos he tenido la oportunidad de ir creciendo para que mi pintura tenga un poco de magia, para que se vean bien mis trabajos, a mí me gustan mucho pero lo importante es que le gusten a la gente”.

El estilo de la pintura Rangeliana es muy preciso asegura el Maestro Raúl, “son trazos simétricos, como si se vieran en un espejo, lo que se plasma en el lado derecho se ve idéntico en el izquierdo y este proceso tiene su grado de complejidad; sin embargo se van creando técnicas y trucos para lograr el objetivo. Es un estilo fuera de serie que se puede ver desde diferentes ángulos para dejar en el espectador diferentes sensaciones”.

El maestro Rangel Hidalgo pudo llevar su obra por distintas partes del mundo de donde se trajo también muchas ideas que plasmo en cada una de sus pinturas. Y afortunadamente dejó a personas que continuaron con su técnica y su arte para seguir produciendo este tipo de pinturas que trascienden por su belleza.

“Estoy apenas creciendo en la parte de la venta de mis productos, en donde mis hijos me apoyan para exhibirlos en las redes sociales, pero con mucha satisfacción me doy cuenta de que son bien valorados y bueno he logrado atraer ya la atención de un cliente en Canadá que está interesado por mis piezas y yo como artista libre seguiré trabajando para mejorar, y que mis artículos lleguen hasta donde los lleve el viento”.