Galería Ego, el marco perfecto

POR Blanca Neri Herrera FOTOS Aarón Andrade Ramírez

Desde los 24 años, Arturo Verduzco Moreno tomó las riendas de su vida por lo que decidió trabajar con disciplina para alcanzar cada una de sus metas. Aprovechó su juventud y su habilidad con el balón para ser jugador semiprofesional de fútbol. Luego la vida lo llevó a ser parte del negocio familiar en donde aprendió la forma de superarse cada día; y al transcurrir de los años, fundó su empresa convirtiéndola en un referente por su calidad en el trabajo: Galería Ego.

Su amplia experiencia y un servicio personalizado con sus clientes, le permitieron tener un contacto directo con artistas y obras de arte, que además de capitalizar su empresa al descubrir este nicho de mercado; lo impulsó a realizar un viaje por Europa y conocer los principales museos, “viajé por un interés personal, en donde deseaba aprender la forma correcta de enmarcar a este nivel, y conocer la historia de los artistas consagrados, fue una experiencia enriquecedora”.

Además de ser un apasionado del arte visual, poco a poco logró tener su propia colección de
obras pictóricas de artistas locales, nacionales e internacionales, tanto así, que próximamente abrirá su propia galería.

DISCIPLINA

Aunque nació en Tecolapa, Arturo Verduzco vivió su niñez y juventud en Tecomán junto con sus padres: María Moreno (+) y Fernando Verduzco y diez hermanos, (9 varones y 1 mujer), “en casa siempre aplicó el trabajo todos los días, porque mi papá era campesino, una labor muy complicada que poco daba para mantener una familia tan grande, por lo que, desde muy chicos contribuimos en el hogar”. Siendo el séptimo de los hermanos aprendió de sus mayores cómo ganarse la vida. Pero también logró forjarse una personalidad propia, “siempre fui disciplinado y dedicado en la escuela, hacía lo necesario para pasar el semestre y concluí mi bachillerato. Desde chico me gustaba el fútbol, soñaba con ser futbolista profesional y jugar en los Pumas de la UNAM”.

Combinó los estudios con el fútbol, “durante los entrenamientos fui aprendiendo que con la disciplina, el esfuerzo y la dedicación me ayudarían a cumplir mis metas”. Por su desempeño en ligas infantiles y juveniles fue convocado a la Selección de Tecomán y a los 15 años de edad, por invitación del entrenador Pancho Leal formó parte del mejor equipo de la región: Citrojugo.

A los 16 años se trasladó a la capital para realizar pruebas para integrar la Selección Benito Juárez, y participar en uno de los torneos nacionales considerado como el más importante del Sector Amateur de la Federación Mexicana de Futbol. Fue en marzo de 1989 en el torneo Nacional “Benito Juárez” con sede en la ciudad de Colima en el cual se coronaron Campeones.

“Disfruté esta etapa de mi vida porque adquirí experiencia y me di cuenta que había algo más allá de Tecomán. Cambié de residencia, dejé a mi familia para emprender mi propio camino: dedicarme al fútbol. La competencia se daba desde el campo de entrenamientos para ser titular en los partidos, había que demostrar todos los días que merecías ese lugar”.

Incursionó en Tercera División Profesional en los equipos de Cihuatlán, Ciudad Guzmán y fue en Sayula que descubrió que podría quedarse en ese nivel, “lograr ascender en el fútbol implicaba tiempo, esfuerzo y más allá de los deseos, el apoyo de una persona, el clásico padrino que te abriera camino. Pero entonces decidí dejar todo eso. Fue una etapa quizás soñada, porque haces lo que te gusta, te pagan y conoces otros lugares. Sin embargo me di cuenta que hasta aquí tenía que llegar”.

Reconoce que la experiencia y el aprendizaje en el deporte fue importante para lograr la madurez personal, “la constancia, el rigor, la disciplina y el esfuerzo me ayudaron a tener una exigencia constante que me permitió seguir trazando mi camino”.

EMPRESARIO

Una vez que regresó a Tecomán, se dedicó a la empresa familiar que iniciaron por iniciativa sus hermanos mayores a través de la venta de marcos y molduras. “Fue Sergio quien nos impulsó a vender marcos y molduras a través de un motor que nos llevó desde Guadalajara, aprendimos por la necesidad de generar un ingreso para la casa y sin conocimientos de cómo llevar un negocio, decidimos abrir en un local del centro: Marcos y Molduras de Tecomán, así empezamos”.

En algún momento se limitaba la comercialización porque solo tenían marcos y molduras estándar que enviaban los proveedores y sus clientes frecuentes eran los estudios de fotografías, los mismos fotógrafos de fiestas de bodas, XV años y los buscaban para enmarcar reconocimientos y diplomas. “Aun así en Marcos y Molduras de Tecomán empezamos a darnos cuenta que sí era un negocio, que generaba ingresos para mantener a la familia”. Con los años, los hermanos empezaron a formar sus propias familias y la empresa debía proveer a todos, pero no crecía igual que las necesidades personales y se tuvo que recurrir a los créditos para continuar. Incluso se logró abrir una sucursal en Colima.

Con una visión más actual, Arturo tomó las riendas de la sucursal Colima para dedicarse de tiempo completo y cumplir los compromisos económicos. “Empiezo administrar todos los aspectos, lo que permitió retomar el vuelo de la empresa familiar. Primero estuvimos en la calle Morelos y después me ofrecieron en renta el Cine Colima, que tenía más de 15 años
abandonado, ubicado en la calle Ocampo del centro de la capital”.

APASIONADO POR EL ARTE

En el 2001 ya posicionado en el mercado y en un lugar más visible, se dio cuenta que comenzaron a llegar otro tipo de clientes, “ya tenía un amplio muestrario, además de la exhibición de cuadros, entonces comenzó a llegar personas con piezas importantes para enmarcar. Y de repente me empiezan a hablar de Picasso, Dalí, Frida Kahlo, entre otros artistas más”.

Al estar envuelto en este tema de las artes plásticas y gráficas, despertó un interés especial por conocer más sobre este mundo, “al descubrir a los grandes artistas y su obra, me di cuenta que existía un nuevo mercado potencial para mi empresa, por lo que tenía que aprender el proceso para enmarcar obra de arte. También me interesé por conocer los museos en Europa, realicé un viaje de mes y medio en donde recorrí los sitios más importantes, lo que me ayudó para entender la importancia de realizar un trabajo profesional y de gran calidad”.

Al regreso de su viaje, su visión sobre la empresa fue distinta e innovadora. A la par de que también se registró un cambio en el proceso de enmarcado utilizando nuevas herramientas tecnológicas, por lo que invirtió en la compra de maquinaria. “Para hacer negocios me di cuenta que tenía que invertir en nuevos conocimientos, además de las herramientas nuevas que ayudarán en la productividad”. A los 32 años inició su propia familia, “entré en una etapa de conciencia personal, en donde me propuse hacer las cosas bien para dedicarme a los míos; entre otros asuntos era resolver el tema del negocio familiar, pero era tanta la madurez y confianza entre mis hermanos que decidieron que continuara con la empresa”. “Inicia otro cambio en la forma de hacer negocios, abrí nuevas opciones para marcos y molduras de diversos tipos, estilos, diseños y de variada calidad con proveedores; así mismo entramos a un profesional para enmarcar obra de arte y logramos tener la preferencia y confianza de los artistas”.

“Quienes iniciaron a tener contacto y agradezco su preferencia son a Fernando Macedo e Itza Moreno que me metieron a un nuevo mundo para enmarcar obra de arte importante. Una de las primeras obras con las que trabajamos fue del maestro José Clemente Orozco, para una exhibición en Colima. Había que cumplir una serie de requisitos y cuidar el mínimo detalle”.

“A partir de entonces muchas obras pasaron por mis manos: Marc Chagall, Picasso, Diego Rivera, Frida Kahlo, Soriano, Tamayo, Alfonso Michel, Jorge Chávez Carrillo, Xavier Fernández, entre muchos más. Al principio preguntaba al artista lo que deseaba y combinaba con lo que había aprendido con el propósito de encontrar el marco ideal para la obra”.

Desde su sencillez Arturo Verduzco descarta ser el mejor, “no me atrevo a decir el mejor, pero sí el más apasionado del arte y esa pasión me lleva hacer un trabajo profesional, en donde vienen las personas a Galería Ego, porque saben de la calidad que garantizamos”. Para el 2005 decide adquirir un terreno por la calle Jiménez donde actualmente se encuentra su empresa Galería Ego. “Se presentó la oportunidad de comprar un terreno de 500 metros cuadrados en donde visualice un espacio para exhibir nuestros productos y también ya combinaba la exhibición de obra de diversos artistas y tener el taller de producción, todo en un mismo lugar para atender al cliente. También es aquí donde nace la idea de un museo de arte en la segunda planta”.

Lo anterior porque justamente el artista deseaba dejar una obra en exhibición en Galería Ego que más de algún cliente compraba. Así también Arturo adquirió obra de diversos artistas y fue coleccionando diversas obras que hoy en día conforman un acervo importante. Galería Ego llegó para consolidarse en el mercado local. Con el cambio a un lugar propio y la suma de años de arduo trabajo, decidió dar un giro en el concepto y nombre de la empresa. “Todo lo que se enmarca es Ego, es algo de nosotros mismos, mi reconocimiento, mi persona, mis logros, mis éxitos, mi obra; es el mostrar mis logros y buscar el mejor marco para exhibirlo, todos somos ego”.

Ahora Arturo Verduzco se prepara para un nuevo cambio interior. Continuar trabajando con las bases y los procesos administrativos que aplicó en todos estos años para salir del mostrador y dedicarse a otros proyectos.

“Como empresario te das cuenta que debes delegar, no puedes seguir haciendo siempre todo; es tiempo de que la empresa y los colaboradores tengan su propio ascenso. Hemos pasado de la prueba y el error, al aprendizaje. El perfeccionamiento y la
experiencia de que quienes están al frente de la galería saben hacer lo que corresponde con la misma atención y calidad que nos caracteriza”.

Con la espera de su tercer hijo, el empresario está convencido de que es tiempo de disfrutar a su familia, “recientemente viajamos a París para cumplir el sueño de mi hija mayor, y la empresa siguió su marcha; entonces comprobé que están listos para seguir por buen rumbo. Mientras, seguiré cumpliendo mis objetivos personales porque también es justo que me dedique a mi familia, ese segundo viaje, lo disfruté más porque estuve con ellos las 24 horas y la pasamos muy bien”.

Entre los proyectos de Arturo Verduzco para el 2019 es abrir una galería para mostrar su colección personal, así también convertir el espacio en un sitio en donde se lleven a cabo actividades artísticas diversas, promoviendo el talento local, por lo que estará abierto al público.