Dr. César A. Córdoba Esquivel Cirugía general, oncológica y laparoscópica

El melanoma es un cáncer que se origina en los melanocitos (células que se encuentran en la piel que producen el pigmento marrón llamado melanina). Entre otros nombres de este tipo de cáncer se encuentran los de melanoma maligno y melanoma cutáneo.

La mayoría de las células del melanoma continúan produciendo melanina de modo que los tumores tipo melanoma usualmente son de color café o negro. Sin embargo, algunos melanomas no producen melanina y pueden lucir color rosado, café o incluso blanco. Los melanomas pueden ocurrir en cualquier parte de la piel, pero son más propensos a comenzar en el tronco (pecho y espalda) de los hombres y en las piernas de las mujeres. El cuello y el rostro son otros sitios comunes. Tener una piel con pigmentación oscura disminuye su riesgo de melanoma en estos lugares más comunes, aunque cualquier persona puede desarrollar este tipo de cáncer en las palmas de las manos, las plantas de los pies y debajo de las uñas. Los melanomas en estas áreas representan más de la mitad de todos los melanomas en las personas de raza negra, pero menos de 1 en 10 melanomas en los de raza blanca, también pueden formarse en otras partes del cuerpo como los ojos, la boca, los genitales y el área anal, pero son mucho menos comunes que los melanomas de la piel.

El melanoma es mucho menos común que el cáncer de piel de células basales o de células escamosas, pero es mucho más peligroso. Al igual que el cáncer de células basales y de células escamosas, el melanoma es casi siempre curable en sus etapas iniciales. Sin embargo, el melanoma tiene muchas más probabilidades de propagarse a otras partes del cuerpo, en comparación con el cáncer de células basales o escamosas.

¿CÓMO SE MANIFIESTA UN MELANOMA?

La señal más importante para el melanoma es algún lunar nuevo en la piel o uno existente que haya cambiado en tamaño, forma o color. Otra señal importante es algún lunar que luzca distinto a los otros en su piel (conocido como el signo del patito feo).

La regla abcde es otro método para identificar las señales habituales del melanoma.

• A de Asimetría: la mitad del lunar o marca de nacimiento no corresponde a la otra mitad.
• B de Borde: los bordes son irregulares, desiguales, dentados o poco definidos.
• C de Color: el color no es uniforme y pudiera incluir sombras color marrón o negras, o algunas veces con manchas rosadas, rojas, azules o blancas.
• D de Diámetro: el lunar mide más de 6 milímetros de ancho (alrededor de ¼ de pulgada o aproximadamente del tamaño del borrador de un lápiz), aunque los melanomas algunas veces pueden ser más pequeños que esto.
• E de Evolución: el tamaño, la forma o el color del lunar están cambiando
Algunos melanomas no siguen las reglas descritas anteriormente. Resulta importante que acuda con el oncólogo en caso de un cambio en su piel o nuevo lunar, o crecimientos que observe como algo distinto al resto de sus lunares.

Otras señales de advertencia son:

• Una herida que no cicatriza.
• Propagación del pigmento del borde de una mancha hasta la piel circundante.
• Enrojecimiento o una nueva inflamación más allá del borde.
• Cambio en la sensación (comezón, sensibilidad o dolor).
• Cambio en la superficie de un lunar (descamación, exudación, sangrado, o la apariencia de una protuberancia o nódulo).

¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO PARA PADECER UN MELANOMA?

Exposición a la luz ultravioleta (UV) es un factor de riesgo principal para la mayoría de los melanomas. La luz solar es la fuente principal de la radiación ultravioleta. Las lámparas solares y las camas bronceadoras también son fuentes de radiación ultravioleta y se considera a su exposición como la causa principal para el melanoma. Aunque los rayos UV representan sólo una pequeña porción de los rayos del sol, son los principales causantes de daño solar en la piel. Los rayos UV dañan el ADN de las células de la piel. Los cánceres de piel comienzan cuando este daño afecta el ADN de los genes que controlan el crecimiento de las células de la piel.

Lunar también conocido como nevus o nevo es un tumor pigmentado benigno (no canceroso). Por lo general, los lunares no están presentes en los bebés al momento de nacer, sino que empiezan a aparecer en la infancia y cuando las personas llegan a ser adultos jóvenes. La mayoría de los lunares nunca causará ningún problema, aunque una persona que tiene muchos lunares es más propensa a padecer melanoma. Lunares atípicos (nevos displásicos) estos lunares se parecen ligeramente a los lunares normales, pero también tienen algunas características del melanoma. Éstos suelen ser más grandes que otros lunares, y presentan una forma o color anormal. Los lunares pueden aparecer en la piel expuesta a la luz solar, así como en la piel que por lo general está cubierta, tal como en los glúteos o el cuero cabelludo. Con frecuencia, los nevos displásicos son hereditarios. Un pequeño número de lunares displásicos puede convertirse en melanomas. Sin embargo, la mayoría de los lunares displásicos nunca se vuelven cancerosos, y muchos melanomas parecen originarse sin un lunar displásico pre-existente.

Síndrome de nevus displásicos (también conocido como síndrome del melanoma de nevo múltiple atípico familiar, o FAMMM): Las personas con esta afección hereditaria tienen muchos nevos displásicos y al menos un pariente cercano que ha tenido melanoma. Las personas con esta afección tienen un riesgo muy alto de por vida de desarrollar un melanoma, por lo que necesitan exámenes muy minuciosos y regulares de la piel.

Nevos melanocíticos congénitos: los lunares que están presentes en el momento de nacer se llaman nevos melanocíticos congénitos. El riesgo de que un melanoma se desarrolle en nevos melanocíticos congénitos en el transcurso de la vida se estima en alrededor de 0 a 10%, dependiendo del tamaño del nevo. Las personas con nevos congénitos muy grandes tienen un mayor riesgo, mientras que este riesgo es menor para las que tienen nevos pequeños. Por ejemplo, el riesgo de melanoma en nevos congénitos más pequeños que la palma de su mano es muy bajo, mientras que los que cubren porciones más grandes de la espalda y los glúteos (“nevo en calzón de baño”) tienen riesgos significativamente más elevados. Los nevos congénitos a veces son extirpados quirúrgicamente para que no tengan la oportunidad de convertirse en cáncer. La recomendación del médico de extirpar o no un nevo congénito depende de varios factores que incluyen tamaño, ubicación y color del nevo.
Piel muy blanca, pecas y cabello claro, el riesgo de padecer melanoma es mucho mayor en las personas de raza blanca que en las personas de raza negra. Las personas de raza blanca con cabello rubio o pelirrojo que tienen ojos azules o verdes, o de piel muy blanca, que se queman o se llenan de pecas con facilidad, están bajo un mayor riesgo.

Antecedente familiar de melanoma, su riesgo de padecer un melanoma es mayor si uno o varios de sus familiares de primer grado (madre, padre, hermano/a, hijo/a) han tenido melanoma. Aproximadamente 10% de todas las personas con melanoma tienen antecedentes familiares de esta enfermedad. El aumento en el riesgo pudiera deberse a que compartieron un estilo de vida de exposición frecuente al sol en la familia, una familia de piel muy blanca, ciertos cambios genéticos (mutaciones) que son más frecuentes en una familia, o una combinación de factores. No se recomienda que las personas con un historial familiar de melanoma se sometan a pruebas genéticas para identificar mutaciones, ya que aún no está claro cuán útil esto podría ser. Más bien, se recomienda que estas personas hagan lo siguiente:
• Exámenes de la piel por médico periódicamente.
• Examen minucioso de su piel una vez al mes.
• Ser particularmente cuidadoso en cuanto a la protección solar y evitar los rayos ultravioleta artificiales (camas de bronceadoras).

Antecedente personal de melanoma u otros cánceres de piel, una persona que ha padecido melanoma tiene un mayor riesgo de padecer melanoma nuevamente. Alrededor del 5% de las personas con melanoma padecerán un segundo melanoma en algún momento de sus vidas. Las personas que han tenido otro tipo de cáncer de piel tienen mayor riesgo de padecer melanoma.

Sistema inmunológico debilitado, las personas cuyos sistemas inmunológicos se han debilitado tienen más probabilidades de padecer muchos tipos de cáncer de piel. Por ejemplo, a las personas que reciben un trasplante de órgano usualmente se les administran medicamentos que debilitan su sistema inmunológico, a fin de ayudar a prevenir que rechace el nuevo órgano. Esto aumenta su riesgo de padecer melanoma. Una edad avanzada, es más probable que se presente en personas de más edad, aunque también se detecta en personas más jóvenes. De hecho, el melanoma es uno de los cánceres más comunes en las personas que tienen menos de 30 años de edad (especialmente en mujeres jóvenes). El melanoma que tiende a darse entre las personas de una misma familia puede presentarse a una edad más temprana.

Sexo masculino, los hombres tienen una tasa mayor de melanoma que las mujeres, aunque esto varía según la edad. Antes de los 45 años, el riesgo es mayor para las mujeres; después de los 45, el riesgo es mayor para los hombres.

Xeroderma pigmentoso, es un padecimiento hereditario que afecta la capacidad de las células de la piel de reparar el daño causado a su ADN. Estas personas tienen un alto riesgo de melanoma y otros cánceres de piel cuando son jóvenes, especialmente en áreas de la piel que han sido expuestas al sol.


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