Durante todo el año tenemos la oportunidad de dar obsequios. Cumpleaños, días conmemorativos, aniversarios, fiestas de navidad y por qué no decirlo, regalos por compromisos laborales.

Dar un presente a otra persona, en realidad es un arte y conocerlo, habla de nuestra buena educación y sensibilidad. A continuación, mencionaré algunos puntos que vale la pena tomar en cuenta:

Al elegir un regalo, debemos de pensar en los gustos, aficiones o necesidades de la otra persona, no en lo que nos gustaría tener a nosotros. En mi adolescencia, mi madre solía regalarme vestidos de colores fosforescentes porque ella odiaba que yo me vistiera de tonos aburridos. Está de más decir que los regalos se quedaban colgados con la etiqueta en el clóset.

Debo tener presente antes de salir de compras la talla de ropa y el número de calzado. En la mayoría de las tiendas departamentales te anexan a la prenda el ticket, por si es necesario cambiarlo. Nada más frustrante, que un hermoso par de zapatos en los que no entra en pie ni con calzador.

Si la persona a la que le vamos a regalar no es cercana a nosotros, por ejemplo, algún compromiso de trabajo, es una buena idea preguntarle a la secretaria o algún allegado a ella, qué podrá ser una buena opción. En estos casos, no podemos regalar cosas que sean muy personales. A un ejecutivo del corporativo no le puedo enviar una caja de calzoncillos.

En algunas ocasiones, no contamos con un presupuesto elevado, regalemos algo de acuerdo a nuestras posibilidades; las flores siempre son una buena opción, pero jamás apliquemos el “roperazo”. Me contaron, (nótese el buen gusto de no ventanear a nadie), que en cierto grupo de amigas en el cuál hacía intercambio de regalos, todas cruzaban dedos para no tocarle a cierta persona que acostumbraba dar algo que encontraba en su clóset. Por favor, no lo haga, eso envía un mensaje muy fuerte sobre nosotros.

Cuidemos la envoltura. Usar envolturas viejas o de regalos usados, proyecta el poco cuidado que tuvimos para elegir el presente. Todos hemos recibido un regalo en mayo, con envoltura navideña y aunque el regalo valga la pena, muchos se sienten decepcionados.

Si no pudo comprar un regalo, jamás diga: “lo olvidé en el carro”. Conozco algunas personas que deben traer la cajuela llena de obsequios por entregar. Lo mejor es la honestidad, siempre es bueno disculparse y comentar que en cuanto le sea posible se lo comprará para hacérselo llegar. Por supuesto, cumpla su palabra.

Al recibir un regalo:
Agradecer siempre, si se entrega personalmente y no estamos en medio de un evento, es de buena educación abrirlo y dar las gracias.

Si el regalo nos fue enviado, siempre debemos de comunicarnos para agradecer el detalle.

Muchas personas acostumbran guardar los regalos que no les gustan, para obsequiarlos en otra ocasión. Tenga por favor el cuidado, de no dar ese artículo en el mismo grupo de amigos.

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