POR AleTorres

Todos los días nos podemos hacer regalos, pero esta vez, puede ser uno muy especial: empezar a practicar el autocuidado consciente.

Desde mi perspectiva muy particular, el autocuidado consciente, es un estilo de vida que se adquiere en el proceso de conocerse, aceptarse, amarse y transformarse. Un proceso constante porque, afortunadamente, nunca somos “productos terminados”.

Autocuidado consciente es elegir conectarte, respetarte, ser congruente contigo y empoderarte, para salir de ese lugar donde el miedo, la apatía, la duda, te hacen creer que nada importa, que nada en la vida (tu vida) puede cambiar o que no pasa nada si no cambias, pero hay que elegirlo a diario, desde cosas tan simples como poniendo atención en:

Lo que comes: ¿Qué eliges para comer? ¿Tú lo preparas? Si lo compras, ¿sabes qué ingredientes lleva? ¿Te nutre o es un simple antojo? ¿Cómo te sientes después de comerlo?

Lo que haces: ¿A qué hora te despiertas y te duermes? ¿Qué es lo primero que haces cuando despiertas? ¿Te desconectas de todo al terminar el día? ¿En verdad descansas? ¿Qué haces para sentirte mejor físicamente?

Lo que piensas: ¿Cuántas veces al día te das cuenta de tus pensamientos? ¿Haces lo que tú quieres o lo que tu mente te dice? ¿Haces y dices lo mismo que piensas? ¿Cuántos minutos al día te dedicas a relajar tu mente?

Lo que dices: Ya sabes que las pala- bras tienen más energía de la que creemos. Es más, dicen que cuando pronuncias algo, le das lugar en el mundo físico. ¿Qué dicen tus palabras? ¿Qué provocan en ti y en los demás? ¿Son de alta o baja vibración?

Ser feliz no es no tener problemas o retos, sino descubrir nuestra habilidad para responder ante ellos o, lo que muchos llaman “tomar responsabilidad”. Por eso, podemos aprovechar este mes del “amor” para regalarnos algo en verdad especial: cuidarte, pero en verdad, con conciencia.

Recuerda que lo que nos damos, se lo damos al universo.