La mayoría de las personas cuando enfrentamos un proceso quirúrgico, sentimos temor al momento de la aplicación de la anestesia, que no es más que un “acto médico controlado en el que se usan fármacos para bloquear la sensibilidad táctil y dolorosa de un paciente, sea en todo o parte de su cuerpo y sea con o sin compromiso de conciencia”; según la descripción más popular que se publica en la web. ¿A qué tememos como pacientes? Algunos refieren a la pérdida de la sensibilidad, al estar desconectados del mundo por largos minutos, hasta horas, a la reacción que pueda tener nuestro organismo a dicho proceso sobre todo cuando es la primera vez o quizá simplemente, a esa “extraña” experiencia al volver en sí. Para otros, quizá es un momento idóneo de gran ayuda para disminuir cualquier tipo de dolor, o simplemente para dar paso a la cirugía que nos hará recuperar la salud, el bienestar y retomar nuestras actividades normales después de una enfermedad, un accidente y cualquier padecimiento que nos llevó a preferir la anestesia. Lo cierto, es que la anestesiología es un maravilloso aliado de la medicina moderna. Su avance ha sido significativo y permite que hoy en día, se practiquen cirugías que hace 10, 20 años, ni siquiera imaginamos y que ayuda a millones de seres humanos a mejorar su calidad de vida.

Es también, una de las especialidades médicas de mayor prestigio y las más reconocidas, pues un anestesiólogo es el invitado de honor a cualquier proceso quirúrgico y en sus manos está la estabilidad de todos y cada uno de los signos vitales del paciente. Por todo ello, reconocemos la gran labor y sobre todo, la enorme responsabilidad y profesionalismo que distingue a los anestesiólogos y en esta última edición del año, te mostramos un poco del perfil y experiencia de cuatro profesionistas del ramo que trabajan con gran dedicación al cuidado de los pacientes que cada día, les confían su vida y su recuperación. Si en alguna ocasión nos sometemos a un proceso quirúrgico o que nos requiera anestesia general, no tengamos temor, confiemos en la experiencia de los profesionales y mejor la recibimos como esa pausa en nuestra vida, necesaria, para volver a empezar, para volver a vivir.