Gonzalo Díaz-Báez

Embajador y director de We For Leadership

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Ser un gran líder va más allá de ser solo buena persona

(El siglo xxi y el liderazgo)

 

¿Qué es lo que está pasando con el liderazgo en el siglo XXI? Es una pregunta retórica; realmente me pregunto ¿qué está pasando con la forma de ver el liderazgo?

 

Mientras doy conferencias o realizamos un proyecto con alguna empresa, la pregunta más constante en algunos foros es “¿qué hacemos con los millennials?” La realidad es que me tiene un poco agotado este tema, y me tiene agotado porque ya no es un tema; los millennials son la mayor fuerza laboral en el 2020; muchos de ellos ya son líderes y dueños de empresas, dirigen y construyen, y como todos los otros jefes, tienen retos de dirección de talento y otros más. A la pregunta “¿qué hacemos con los millennials?”, mi respuesta siempre es “¿qué harás contigo para aprender a empatizar con los millennials y ser líder en este siglo?”.

 

Por otro lado, nos encontramos con otro gran reto: ¿qué hacemos con los baby boomers y la generación X? Solo basta reflexionar un poco: el amor a la libertad emocional, de pensamiento y la rebeldía al statu quo de los millennials no es más que un reflejo de las limitantes sociales, económicas y de criterio que vivieron las generaciones pasadas. Por eso la otra pregunta que viene a mi mente cuando hablamos de liderazgo en el siglo XXI tiene que ver con qué haremos cuando llegue el 2020 y más millennials estén en puestos de liderazgo y ya no aprecien el talento “viejo” y solo quieran ideas frescas, ideas millennials. Estaremos potencialmente en el filo de perder la experiencia y serenidad de un baby boomer y la disciplina y entrega al trabajo duro de la generación X. Así que, bien, si te preguntabas si este artículo es de la relación intergeneracional en las organizaciones, te aclaro que tampoco lo es, porque eso es un hecho que tenemos que atender de manera natural y constante dentro de las empresas y organizaciones.

El liderazgo del siglo XXI no tiene que ver con el momento intergeneracional; tiene que ver con mucho más allá de lo que pasa en un salto de era, donde las cosas son más de lo que esperábamos, donde las empresas crecen exponencialmente pero el tiempo de cada colaborador y de cada talento transcurre linealmente.

 

¿Cómo lograr transformar el liderazgo en el siglo XXI?

 

  1.     Gestionar por fortalezas. Es momento de construir con las empresas un nuevo formato de gestión de talento, parar la atención a las oportunidades y dar impulso a las fortalezas. Ya lo dijo Martin Seligman, padre de la psicología positiva: “Nuestras fortalezas y virtudes trabajan en contra de la desgracia y en contra de los trastornos psicológicos, y son la clave para aumentar la resiliencia”.
  2.     Liderazgo flexible. El liderazgo flexible no quiere decir en lo más mínimo “trabaja de casa cuando quieras”; quiere decir que los mandos de una organización deben reconocer cuándo no son los mejores para ejecutar un proyecto y ceder el liderazgo a alguien más.
  3.     Alineación a un propósito. Está demostrado que las organizaciones que tienen un propósito logran mejores resultados; de hecho, de acuerdo con la organización de Conscious Capitalism, el 53% de los consumidores no confían en las empresas porque no tienen un propósito elevado. Pero se logra aún mayor resultado cuando nos hacemos la siguiente pregunta: ¿el propósito de nuestra empresa está realmente al servicio de los demás, está al servicio del cliente?
  4.     Equidad. La equidad es una característica que va más allá de solo el género. Situación, trato, edades, oportunidades son los elementos para llevar al éxito a la organización en este sentido.

 

No es el liderazgo solo un elemento de carisma; es el crear oportunidades y espacios para que los colaboradores logren ser efectivos pero a la vez felices.