Estamos en el último bimestre del año y una de las actividades fundamentales que debemos preparar con la calma y concentración necesaria, es plasmar en la computadora todas aquellas actividades, períodos y recursos que requerimos tanto financieros como logísticos y humanos, que deseamos o debemos realizar el siguiente año; se trata del ejercicio que algunas empresas nombran como planeación y presupuesto. Dicho ejercicio es indispensable en toda organización porque además de que nos ayuda a establecer objetivos y las actividades necesarias para lograrlos, nos determina el aproximado de egresos que haremos para cada una de ellas. El beneficio de realizar una correcta y adecuada planeación del año y sobre todo, cumplirla, es la que nos lleva a mantener el éxito en nuestra organización, incluso a calcular de manera real y alcanzable nuestro crecimiento. Una vez que terminamos y revisamos muy bien nuestra planeación, es importante que iniciando el nuevo año apegarnos y respetar en la medida de lo posible lo ahí plasmado, ya que eso nos ayudará con el control de gasto, a medir nuestros resultados para en determinado momento, identificar si vamos por buen camino o necesitamos replantearnos algunos objetivos con la finalidad de mantener siempre el éxito en nuestros negocios.

Para el mes de noviembre, quizá muchos ya concluyeron esta actividad y están en la etapa de revisión y ajustes. Si aún no lo has iniciado, apresúrate, pues siempre una buena planeación de acciones y presupuesto, traerá grandes beneficios a tu organización. Identifica primero cuáles son las acciones que más te redituaron en el presente año y analiza si es conveniente plantearlas nuevamente en la misma escala, mayor o menor; revisa tus egresos del año y en qué actividades se invirtieron para que elimines aquellos que ya no habrá necesidad de ejercerlos el próximo año e invertirlos en otras actividades como adquisición de equipos, mantenimiento, expansión, etc. Haz de la planeación estratégica, la herramienta base de tus negocios, así tendrás siempre presente su crecimiento, los periodos difíciles, las acciones que realmente te reditúan y por ende, consolidar la calidad de tus productos y/o servicios, mantienes tu rumbo estable y firme, tus colaboradores tendrán conocimiento de las objetivos y su cumplimiento lo que genera en ellos un agrado y un compromiso por la empresa. Recuerda que ellos también son pieza clave para alcanzar tus metas.