Humanidad, responsabilidad, humildad y profesionalismo son las características que definían la personalidad del abogado Rogelio Rodríguez.  

Por: Aarón Andrade

De origen humilde pero con una personalidad inquebrantable, Rogelio Rodríguez creció en la ciudad de Colima en donde aprendió desde las primeras letras hasta su carrera profesional cursada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima. Hijo de un sastre y músico, se desarrolló cobijado por su madre y conviviendo sanamente con sus hermanas y hermanos.

Desde muy pequeño tenía el destino trazado y su meta bien fija en  querer ser abogado, con un instinto natural de ayuda al prójimo, soñaba con litigar y vestir con porte un buen traje como los que hacía su padre  para defender los derechos de todas las personas que lo necesitaran. A su mamá no le gustaba la idea de que su hijo estudiara leyes, ella quería que fuera maestro,  inclusive fue un motivo para que lo pusieran a trabajar como ayudante de albañil y se le quitara la idea de la cabeza, pero a Rogelio nada lo detuvo en sus sueños.

Cuando el Lic. Rogelio terminó la carrera profesional ya contaba con experiencia porque desde que era estudiante entró a trabajar al despacho del abogado Francisco Yáñez Centeno, es ahí donde forjó y reforzó sus talentos en el derecho.

El magistrado René Rodríguez tuvo a bien platicarnos un poco de las anécdotas compartidas con su hermano Rogelio.  «Yo tuve la  oportunidad de convivir con él como litigante, y me gustaba porque siempre había algo que aprenderle, posiblemente está mal que lo diga, pero para mí Rogelio fue el mejor abogado litigante que ha egresado de la facultad de derecho».

«Fue un abogado con una mente brillante que podía encontrar en cualquier caso detalles que otros no eran capaces de percibir, en dos ocasiones lo invitaron a Estados Unidos a que les diera la opinión de un asunto legal y, en otra oportunidad fue a llevar un caso en un juzgado de España, yo no  conozco a otro abogado que haya ido hasta Europa de un lugar como Colima para representar a un cliente».

Él siempre decía que en cuestión de leyes existen cosas que solo se aprenden en los juzgados, cosas que no vienen en la ley  y que se obtienen a través de la experiencia. Su legado es un prestigio enorme, su gran sentido de compromiso como padre, como  hermano, como esposo, como abuelo, pero además como profesionista y como ciudadano que seguramente cumplió hasta el último momento de su vida.

«Hace falta el hermano, hace falta el consejo, pero tenemos que irnos adaptando a su partida».

En memoria y homenaje a la trayectoria del abogado Rogelio Rodríguez Alcaraz.