POR Aarón Andrade Ramírez
Más allá del Volcán

Sergio Velasco García “Tapiro” es un hombre que se caracteriza por ser perseverante, un obsesivo de la imagen, a quien le gusta mucho estudiar lo que sucede alrededor del mundo en cuestión de fotografía, encontrar la belleza en los lugares ocultos, o como dice él, un pata de perro que camina y pasa horas buscando aves o detalles maravillosos de la naturaleza para compartirlo con la gente.

Nació en el año de 1971 y es orgullosamente colimense, se ha dedicado a la fotografía desde el año 2002, cuando comenzó a tomarle fotos al majestuoso volcán de Colima, es un viejo lobo de mar que ha trabajado en diversos medios de comunicación local, haciendo televisión con el Canal 11 de Colima, colaborando en radio Levy, y la XEBCO, se desempeñó también en el congreso del estado, y estuvo encargado de la di- fusión en el Museo Regional de Historia de Colima, fue además fotoperiodista del periódico Milenio, fotógrafo del ballet folklórico de la Universidad de Colima, ha sido colaborador de diversas agencias periodísticas nacionales e internacionales y actualmente ofrece talleres, conferencias y cuenta con una galería estudio que ofrece arte y fotografía ubicado en Av. De los Maestros #148, en Jardines Residenciales.

El trabajo de un fotógrafo no se trata de presumir, sino de mostrar lo que ve, platicó Sergio Tapiro. “Con el paso de los años surgen muchos fotógrafos y muchas carreras que están empezando, pero muchas de ellas basadas en la presunción y mostrar al mundo que son fuertes, poderosos, intrépidos, arrojados, valientes, y yo tengo algunas diferencias con ese tipo de cosas ahora que estamos inmersos en las redes sociales donde existe una masificación de la imagen, donde estamos inundados todo el tiempo de fotografías, pues parece una lucha encarnizada para ver quién es el que toma la mejor foto”.

Para Sergio Tapiro el propósito de la fotografía es comunicar, emocionar y es invitar a la gente a que conozca y aprenda un poco más de lo que fue fotografiado. “Es por ello que siento que encajo muy bien en la fotografía de naturaleza, porque si hay algo que decimos los fotógrafos es que no puedes amar algo que no conoces, cómo puedes inspirar al mundo para proteger la naturaleza si no la conoces, cómo propiciar que se conserven las especies animales si la gente no tiene idea de que existen; esa es la chamba y la responsabilidad que tienen los fotógrafos de naturaleza y yo estoy muy contento de ser un mexicano que ya tiene tiempo trabajando en estos temas y llevando el conocimiento a la gente”.

Los volcanes forman parte de la vida de la gente de colima, son un referente geográfico de nuestra existencia, es una imagen de referencia que nos ubica en nuestra tierra, que nos dice que estamos en nuestro hogar, para Tapiro los colimenses somos muy afortunados por que en poco espacio físico tenemos la oportunidad de observar diferentes ecosistemas, y a eso le llama riqueza natural, podemos disfrutar de la montaña, el bosque, la selva y la costa, y al ser la naturaleza tan pródiga con nosotros terminamos inspirándonos por ella.

“El tema de los volcanes es muy particular, parece no tener mucho que ver con la conservación pero sí tiene mucho que ver con el conocernos como seres humanos que somos vulnerables, cuando nos enfrentamos a los peligros, a las amenazas naturales. Mientras más conocimientos tenemos, menos vulnerables somos ante estos eventos, y eso también es parte de mi trabajo, tratar de orientar un poquito y acercarnos a la ciencia”.

SUS PRIMERAS FOTOGRAFÍAS

La lectura es otra de las grandes pasiones de Sergio Velasco, en su familia comentó que siempre ha existido la costumbre de leer mucho. “Era una de las cosas que tú veías cuando llegabas de visita a nuestro hogar. Había un montón de libros en la sala, teníamos tres o cuatro libreros y yo leía y hojeaba bastante de estos libros o enciclopedias; mi padre Marco Antonio Velasco Urzúa y mi Madre María Guadalupe García fueron maestros, y crecí en este hogar lleno de arte y cultura por el cuidado de la naturaleza, cada fin de semana salíamos al campo, a Carrizalillos, la María, los ríos, las playas de Tecomán, Michoacán y la costa de Jalisco ”.

Sus padres siempre estuvieron atentos a las inquietudes que tenía y desde los siete años Sergio se encargaba de las fotografías de las vacaciones con una cámara Kodak 110 con la que empezó a tomar fotografías

“A los 11 años mi papá me compró una cámara de rollo, una Kodak vr de 35 mm. Y con ella empecé a realizar experimentos y a mejorar un poco, en mi juventud deje la foto y comencé a hacer video, comencé a trabajar en Canal Once de Colima y cosas que tienen que ver con la televisión; y me di cuenta que las cosas que yo quería hacer resultaban un poquito arriesgadas para lo que se hacía en el canal en ese tiempo”.

EL APRENDIZAJE

Aunque Sergio no terminó la licenciatura, la facultad de letras y comunicación de la Universidad de Colima fue fundamental en su formación. “En aquel tiempo conocí a José Roberto Levy, a Rabí Hernández, Marina Vázquez y Karina Robles, juntos hicimos algo que se llamaba el Colectivo la Chacamota y digamos que fue como un proceso mental interesante para hacer trabajos de radio, video y documentales; fue esencial encontrarme con estas personas y saber otras maneras de trabajar, porque de joven tienes muchas ganas, pasión y fuerza, pero quizá no tienes el conocimiento y el estilo metódico para hacer las cosas, esto fue parte importante de mi aprendizaje”.

Entró al Canal Once de Colima un año y medio después de que se fundara y le tocó conocer a toda esa camada de comunicadores que iniciaron el canal, muy buenas épocas en la que se le daba mucha importancia a la comunicación institucional y además se daba a entender que había un interés genuino de parte de los gobiernos por fomentar y acrecentar la cultura, cosa que es mucho más complicado en este tiempo.

Para Sergio Tapiro el aprendizaje no se consigue solo en una escuela, se consigue analizando, trabajando, regándola, pero dándote cuenta también en qué momento te has equivocado y tratar de corregirlo, ser lo suficientemente humilde y autocrítico para reconocer los errores y corregir el rumbo para mejorar.

SU PROYECTO, SU SUEÑO

Es en el año 2002 cuando comenzó Sergio Tapiro a tomar fotografías de naturaleza, “para mí fue como una escapatoria a los problemas personales y era una manera de salir de este estado mental que me agotaba, la foto me funcionó como terapia, en una ocasión que los volcanes se cubrieron de nieve me di cuenta de la belleza y calidad de varias fotografías que había tomado, me enamoré de las montañas y quise seguir tomando fotos de los volcanes. Meses después el volcán de fuego comenzó a tener actividad y había derrumbes incandescentes que se veían desde la ciudad, y yo seguía fotografiando, compraba los rollos que se mandaban a revelar y era muy emocionante porque tenía que esperar hasta dos semanas para ver los resultados”.

Tres años después Sergio se dio cuenta que no estaba realizando su trabajo de manera adecuada, porque si bien estaba tomando buenas fotos y logrando buenos resultados, no tenía un sentido o una lógica lo que realizaba, no lo llevaba a ningún lado. Es así cuando comienza a encarrilarse y hacer amigos estudiosos de la vulcanología a nivel local y nacional, continuando con su proyecto, en el 2012 realiza una ex- posición en el museo de la Pinacoteca Universitaria con aproximadamente 60 piezas fotográficas que estuvieron exhibiéndose y que fueron todo un éxito.

“Ya tenía muchas y muy buenas fotos del volcán y creía falsamente que mis imágenes valían la pena para lograr algo más, me di cuenta que no, que estaba muy errado y que me faltaba muchísimo por aprender, y si había algo bueno, llegaría en su momento. Jamás tuve prisa por ganar un premio o algo parecido. En el 2015, cuando el volcán de Colima comienza a comportarse de una manera muy activa, las fotografías que tomé empiezan a circular de manera impresionante en internet y muchos medios me comenzaron a pedir imágenes, ahí me di cuenta que estaba logrando ahora sí, un material que valía la pena para concursar”.

La magia surgió ese 13 de diciembre del 2015, cuando Sergio tomó esa fotografía del volcán de fuego donde se ve la imponente explosión, una gigantesca columna de cenizas atravesando el cielo y un rayo que ilumina y estremece la aparente tranquilidad de la noche acompañada por las estrellas que atentas observan sin inmutarse, una poesía capturada en foto que al momento de verla te enchina la piel.

“Cuando revisé la cámara y vi la foto sentí una energía muy fuerte, y esa emoción de creer que había tomado una de las mejores fotos de mi vida”.

Para lograr esta fotografía tuvieron que pasar 14 años de trabajo intenso asegura Sergio Tapiro, algunos años más intensos que otros, dependiendo de la actividad del volcán de Colima, “En el mes de diciembre de ese inolvidable año dormí 20 noches a la intemperie, esperando frente al volcán, aferrado a que me regalara ese momento, y eso lo volvió complicado, era una idea que yo tenía en mi cabeza, yo debía estar ahí, yo debía ser un testigo presencial, pero además estaba documentando para que otras personas en otro lugar pudieran ver lo que estaba ocurriendo”.

No se trata nada más de dar un clic, se trata de visualizar, de pensar qué es lo que se quiere fotografiar, qué es lo que se quiere informar, y obviamente estar preparado, estar en el lugar correcto y atento a lo que está sucediendo, tener todos los parámetros correctos y adecuados en la cámara.

“La fotografía es un recurso muy valioso para mover almas, para mover a la gente, para sembrar ideas, la fotografía es el recuperar un instante que si no hubiera sido fotografiado estaría perdido para siempre, la fotografía significa documentar algo que de otra manera quizás pensarías que nunca ocurrió, básicamente mis fotos tienen que ver con esto, con documentar cosas que la gente no hubiera visto si no hubiera estado yo ahí”.

Sergio Tapiro Velasco.

PREMIOS

  • 2016 World Press Photo, categoría de naturaleza, 3er lugar.
  • 2017 National Geographic Travel, “Fotógrafo del año” y 1er lugar de la categoría Naturaleza.
  • 2017 PDN The Great Oudoors, Gran premio categoría profesional.
  • 2017 Windland Smith Rice / Museo Smithsonian, 1er lugar en paisaje.
  • 2017 IMS Photo Contest, Foto de montaña del Año.