POR FÁTIMA GARAY

Un espacio que ha visto desfilar a grandes estrellas del séptimo arte en México y que ha creado un bucle en el tiempo gracias a su estructura, estilo y pequeños detalles en su interior.

En la calle Independencia, en pleno centro de la capital colimense, sobresale una construcción en medio de calles llenas de automóviles, transeúntes y restaurantes, se trata del Teatro Hidalgo.

Según el historiador Osvaldo Mendoza, el nombre proviene del sacerdote y revolucionario Miguel Hidalgo y Costilla, quien fue propietario del predio en el que se encuentra actualmente esta edificación.

“El uso del suelo era para fines públicos, es decir, se hacían eventos de teatro, corridas de toros, e incluso, ahí se ubicaban carpas con comediantes que venían de la capital del país; se ha hablado de que hay registros de la carpa en la que trabajaba Cantinflas”.

La construcción del Teatro Hidalgo, tal la cual la conocemos, comenzó en 1860 con la idea de crear un espacio que modernizara la ciudad. Pero fue hasta 1960 que el General Francisco Santa Cruz ordenó la construcción de este edificio.

“Era una maravilla la construcción en el plano, pero nunca lo vimos terminado hasta el año 2007 que empezó la remodelación del Teatro. Este sueño que comenzaron los antepasados, lo estamos viendo nosotros”.

UN BUCLE EN EL TIEMPO

Y es que el historiador asegura que cuando una persona entra por las puertas de este espacio, con estilo Isabelino europeo, se pueden observar los detalles que las mentes pasadas planearon.

“Pasó más de 100 años en turbulencias y peligros porque lo querían demoler pero unas personas lo rescataron y lo restauraron en su totalidad, valió la pena al final”.

Sin embargo, en esta edificación, del estilo que presidía en el siglo XIX, desapareció uno de los objetos más importantes, se trata de un candelabro traído de Alemania, el cual permaneció, durante mucho tiempo, en cajas llenas de polvo en Palacio de Gobierno ya que los trabajadores desconocían la procedencia de este objeto tan valioso.

Actualmente este lugar alberga una capacidad para un aproximado de mil personas situadas tanto en los cuatro palcos, las butacas del centro, así como espacio para los actores.

“Hay una lista muy grande de actores que pisaron este lugar. Algunos de los que te puedo mencionar son Ignacio López Tarso, Cantinflas o Pedro Infante, hay registro de su presencia”.

FANTASMAS ENTRE LAS BUTACAS

Debido a las épocas que este teatro ha presenciado, Osvaldo Mendoza señala que muchas son las historias de entes paranormales que se han salidos de estos muros.

“Cuentan que pasan entre los camerinos niños que corren para los lados cuando tú estás actuando”.

Y es que además, afirma que los mismos vigilantes han visto y escuchado el lloro y risas de una niña debajo del escenario, a la cual a día de hoy, le dejan juguetes para que se entretenga. Según los vigilantes se pueden escuchar los ruidos claramente.

“De hecho le dejan hasta pelotas, juguetes e incluso ofrendas que los mismos vigilantes le ponen para que juegue”.

EL ESPLENDOR EN LA URBE

En los últimos años el Teatro Hidalgo se declaró una de las maravillas del Estado de Colima dando registro a una transición del pasado al presente que sigue entre los colimenses.

“El diseño de la madera que se usó o las escaleras de mármol eran del plano original y nosotros lo estamos disfrutando, realmente somos muy afortunados. Tiene todo lo que un teatro necesita desde las mesitas, candiles, pianos, etc”.

Es por ello que Osvaldo le pide a los colimenses que asistan al Teatro Hidalgo y que se deleiten con la maravilla de su estructura, así mismo solicita a la Secretaría Estatal de Cultura que se realicen más actos teatrales y se le dé un uso mayor a este espacio buscando así, la preservación de esta maravilla.